Mi hijo de 7 años muy entusiasmado me realizo una curiosa pregunta esta semana;
- ¿Mamá cuánto dinero tenemos?
Como se imaginarán quede muy confundida, él ni siquiera está en edad de manejar dinero y no es que sea un tema de conversación en sus tardes de juego en preescolar.
- ¿Por qué? - le pregunte intrigada -, ¿Necesitas comprar algo?
- No necesito nada hoy - responde mi hijo. ¡Solo quiero saber cuánto dinero tenemos para entender cuáles son todas las cosas que podemos comprar con el!
En ese momento me di cuenta de que mi pequeño a su corta e inocente edad, estaba haciendo una pregunta tan relevante y digna de contestar como cualquier otra (como cuando indagaba porque murieron los dinosaurios o porque nos calienta el sol). Una simple y obvia pregunta que se hace un niño, pero que si analizamos bien, muchos adultos ni se plantean.
¿Cuánto dinero necesito tener ahorrado por si tengo una enfermedad que me impida trabajar o por si pierdo mi empleo?, ¿Tengo realmente el dinero suficiente para costear aquella compra que quiero hacer? ¿Cuánto necesito ahorrar e invertir para lograr vivir una vejez digna? Estas son preguntas que algunos adultos no se hacen y la verdad es que cuando se ignoran ciertas preguntas, es porque no existe un interés genuino en saber sus respuestas.
La realidad es que si la prioridad de una persona no es su crecimiento financiero y el bienestar que este conlleva, poca atención le colocará a ese aspecto de su vida. Lo más probable es que no se cuestione respecto a su futuro financiero y no coloque un esfuerzo real para lograr sus metas.
Muchos no se dan cuentan que sin querer con esa actitud están dejando todo a la suerte, dejando su futuro en manos del azar. Estas personas le apuestan ciegamente a un solo escenario: nunca se quedarán sin empleo, nunca se enfermarán, milagrosamente sus deudas se desvanecerán, la economía no entrara en recesión y siempre sus ingresos crecerán. La verdad es que la vida no se puede predecir con tal exactitud. Ese escenario es solo una posibilidad entre muchas otras más.
En ese sentido hay una mejor forma de usar ese optimismo que todo saldrá bien. Usar el optimismo para fortalecer la resiliencia, que es la capacidad que tenemos para ser flexibles, sobreponernos a las experiencias negativas y que ayuda a superar las dificultades para cumplir así con nuestros propósitos.
En ese sentido utiliza tu resiliencia y prioriza ya estas 5 acciones en tu vida, las cuales efectivamente te llevaran a alcanzar el éxito financiero y bienestar:
Siempre gasta menos de lo que ganas y en lo que realmente te genera felicidad, como lo son las experiencias, y no en lo que tu ego te hace creer que necesitas.
Identifica tus mayores habilidades y trabaja en un ambiente retador donde las puedas aplicar. Con esto no solo serás más feliz, sino que las probabilidades que seas exitoso serán mayores y por ende tus ingresos.
No ahorres lo que te sobra, al contrario, realiza el ahorro primero y gasta lo que te queda después. Ahorra mensualmente por lo menos el 20% de tus ingresos y colócate la meta de crear un fondo de emergencia con el que puedas al menos cubrir 6 meses de tus gastos (¡a una tasa de ahorro del 20% podrás lograrlo en solo 5 meses!)
Asesórate y no le tengas miedo a invertir, así logras que tu dinero trabaje por ti y tu no para él. Igualmente, no te endeudes, porque de lo contrario eres tú quien terminara trabajando para pagar intereses.
Proponte aumentar tus ingresos tomando acciones YA no para después. Si tienes una idea de negocio atrévete a ejecutarla comenzando pequeño y testeando si tu producto o servicio tiene acogida. Si quieres un mejor trabajo, no esperes más, actualiza tu hoja de vida, aplica a las ofertas, contacta head-hunters y comienza a buscar nuevas oportunidades.
Si te preguntas que le respondí a mi hijo, te cuento que fue con la verdad, porque creo que parte de la educación financiera es hablar abiertamente de dinero en casa.
Le explique que el dinero que tenemos ahorrado nos alcanza varios meses para pagar nuestra comida, su colegio, el arriendo de nuestro hogar, el doctor que nos cuida cuando enfermamos y hasta para comprar sus juguetes en navidad. Le conté que mamá tiene una “alcancía especial” donde ahorra cada mes y que le permitirá tener dinero suficiente para cuando sea mayor y no trabaje. Que mamá también con mucho esfuerzo ha sembrado (invertido) otro dinero en un bosque mágico donde este crecerá con el tiempo y así podremos pagar su universidad para que él estudie lo que lo haga feliz. Le explique qué mamá quiere seguir trabajando en lo que le gusta y le apasiona para generar más dinero y así lograr las metas de vida que tenemos como familia.
Al final, lo más importante, le dije que espero el también algún día consiga con esfuerzo sus semillas mágicas y las siembre para cosechar sus retornos y logre así sus sueños.
Yo también espero que tu cumplas tus suenos y mejores tu bienestar, por eso te he dejado también unos tips sobre como generar mas ingresos, salir de deudas e invertir en mi chatbot. No es tarde para comenzar a realizar las preguntas y acciones correctas respecto al dinero, ¡saca el niño curioso que hay en ti!.
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