Sé que sueña extraño que una asesora de finanzas personales se sincere y te cuente de una fiesta que le costó $200 millones. Realmente fue una fiesta increíble, con muchas horas de baile, risas, comida, bebidas, y muchos amigos alrededor. No fue la fiesta de mi matrimonio, si es lo que estas preguntando, tampoco fue una fiesta de cumpleaños o la celebración de mi grado, es más ni siquiera fue una fiesta donde yo pague por todos los invitados.
La historia de esta fiesta de $200 millones comienza algunos años atrás. Todo empezó cuando estudiaba economía y comencé a trabajar a los 22 años. Al ganar dinero propio tuve un sentimiento maravilloso de libertad, por ejemplo mi primer sueldo lo gaste casi todo en una tienda muy exclusiva para comprarle un hermoso abrigo a mi mamá, igualmente me sentí cuando comencé a gastar en lo me gustaba como lo era salir a celebrar con mis amigos.
Aproximadamente 10 años duro esta etapa de soltería en mi vida. Durante este tiempo me gasté en promedio $65 mil por salida; eso incluía por lo general la cena, la entrada a los bares, la “vaca” para las bebidas y los taxis. A los 25 años ya trabajaba en una comisionista de bolsa, empece como junior así que mis primeros sueldos no eran muy grandes, sin embargo, gastar gran parte de mis ingresos en salir no me parecía tan terrible. Estaba libre de deudas y no tenía más obligaciones que consentirme a mí misma y a mis seres queridos. Yo sentía que me lo "merecía" porque era muy dedicada al trabajo y estudio (en aquel momento al mismo tiempo que trabajaba, cursaba una maestría en economía y un diplomado en la Bolsa de Valores). Así siguieron entonces mis años de joven profesional y seguí gastando, la soltería no daba espera, un viernes o sábado en la noche en casa no era la mejor opción ¡que aburrido quedarse “encerrado”!, más divertido era salir con mis amigos y compañeros de trabajo a disfrutar de mi juventud.
Más adelante me fui a estudiar un MBA becada en Europa y aunque mis noches realizando trabajos y estudio eran largas, siempre había espacio para salir con los amigos. Como estudiante ya no tenía tanto presupuesto así que cambie tomar bebidas costosas por el vino y hamburguesas El Corral por los gyros que vendían en las calles de Manchester. ¿Cómo no salir en las noches de fiesta en Madrid o a los pubs en Inglaterra? ¿Qué le diría a mi futuro yo si le digo que no aproveche esas experiencias?
Cada etapa nueva de la vida traía su recompensa. Cuando me gradué del postgrado comencé a trabajar en Londres, ya no era una estudiante sin presupuesto sino gerente en el área de inversiones de una gran multinacional. Mis ingresos por lo tanto mejoraron sustancialmente y también mi estilo de vida. Ya la "rumba" no estaba tan presente porque cuando llegas a los 30s comienzas a valorar un poco más tu casa en la noches, sin embargo, las salidas a almorzar y cenar todos los fines de semana con mi ex esposo eran un ritual. Siempre íbamos a un buen restaurante y ordenábamos una buena botella de vino, igualmente durante a los viajes de fin de semana siempre asignábamos un gran presupuesto para salir a un exclusivo lugar.
Mucho cambio cuando me convertí en mamá, cuando regrese a Colombia y me divorcie. Mis prioridades cambiaron y mis hábitos de salir también. En estos últimos años cuando ya comencé a reflexionar seriamente en mi futuro, me di cuenta que la fiesta de esos 10 años me costó realmente $200 millones. ¡Si, tal cual como lees!, la realidad es que si hubiera ahorrado $65 mil que gasté en cada salida, habría logrado ahorrar $6.2 millones por año. Si cada año, durante esos años de juventud, ese ahorro lo hubiera invertido a una tasa de interés del 5% anual, al final de los 10 años (es decir a mis 32 años) hubiera logrado obtener $78.4 millones. Si adicional ese monto no lo retiraba y lo seguía re invirtiendo, dejándolo rentar durante otros 25 años más a la misma tasa de interés, cuando cumpliera 57 años tendría aproximadamente $200 millones adicionales a mi pensión. Conclusión, ¡me gaste $200 millones en la fiesta!
¿Te preguntaras entonces si me arrepiento o que si te aconsejo que no salgas más y que solo ahorres? pues la verdad es que no. Realmente disfrute mucho mi juventud y es parte de las experiencias que me llevo conmigo. Invertir en experiencias nos hacen felices porque son únicas y efímeras. Pero así como gaste en mi diversión, creo que pude igualmente haber destinado un monto similar a mis ahorros o haber sido más moderada a la hora de gastar. También reflexione que haber comenzado a invertir desde más joven, hubiera sido una decisión inteligente, ya que el valor del dinero en el tiempo lo lleva a uno a generar riqueza haciendo que el dinero trabaje para uno y no uno para el.
Creo que todos hemos tenido la fiesta de los millones; de pronto tu fiesta ha sido la fiesta de zapatos y ropa, la fiesta de salidas a cenar, la fiesta de los aparatos electrónicos, la fiesta del cigarrillo, etc. Cualquiera que sea tu fiesta disfrútala, pero no dejes de planear la celebración del futuro; ahorra, gasta moderadamente e invierte. Tu “yo” existe en el presente pero lo más probable es que también exista en el futuro, así que te aconsejo que lo cuides, y lo respetes con el mismo amor y cariño con que consientes al de hoy. Dominar tu dinero y bienestar no es una fiesta que dejes para mañana.
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No se si gastas más o menos a lo que yo gasté, pero creo que tu también te mereces dominar tus finanzas personales. Te he dejado unos tips sobre dinero sin costo en mi chatbot para que comiences ya a tomar acciones. Estoy segura que siempre podemos aprender a gastar más sabiamente, ahorrar e invertir para lograr nuestros objetivos.
¡Disfruta toda tu vida, no solo una parte de ella!
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