Cuando pensé en fundar Dominari Financiero, mi mayor motivación fue ayudar a gente a mi alrededor que eran un “desastre” con sus finanzas personales. Observaba como amigos y familiares que se levantaban a trabajar a diario y que son personas “responsables” sufrían las devastadoras consecuencias de no manejar bien sus finanzas. Muchos que antes tuvieron abundancia; quebraron, otros siempre vivían endeudados, adultos mayores sin nada o poca pensión y varios jóvenes derrochando y sin pensar en su futuro. Y aunque todos ellos fueron mi inspiración, rápidamente me di cuenta que no se trataba de juzgar el comportamiento de otros, sino ayudarlos a entender el por qué y cómo superarlo. Yo misma había sufrido grandes retos personales y una gran transformación en mi vida personal y financiera, por eso entendí que no se trata solo de cómo somos hoy sino de cómo podemos cambiar para llegar a ser lo que queremos.
Lo primero que intuí necesitaba la gente era aprender a manejar sus gastos ¡no importa el nivel de ingresos sino controlas lo que gastas!. Supe de inmediato que lo más difícil para mis clientes seria tener la “voluntad” de dominar sus impulsos mentales que los hacen gastar en cosas innecesarias o que realmente no generan felicidad. Comencé a comprender que todos tenemos diferentes motivadores y circunstancias que hacen que nos comportemos de una forma u otra, y por tanto el éxito de ayudar a otros a ser mejor en sus finanzas personales no debía ser solo transmitir una verdad absoluta que había funcionado en mi sino también ayudarlos a entender lo que pasaba con ellos.
Me di cuenta que no podía apoyarme solo en la teoría económica y financiera, en la cual me había desempeñado profesionalmente por años, sino también en la ciencia de la psicología, la cual llegó a mi vida por un instinto natural de comprender como funciona nuestro cerebro y emociones. Comencé así, a atar las teorías de la psicología positiva, bienestar y felicidad a nuestra relación y comportamiento con el dinero. Logre en mi mente unir ciencias tan distantes pero a la vez tan correlacionadas en la práctica. Recordé cómo los modelos económicos (que aprendí en la universidad) se basaban en los supuestos de que nos comportamos como “agentes racionales” pero que en la vida real nuestro cerebro nos lleva a comportamos lo opuesto a ello.
¿Cómo podía ser racional que lo primero que hace una persona es endeudarse para comprar un auto de lujo antes que invertir en activos para crecer su capital? ¿Por qué cuando compramos cosas hermosas luego nos aburrimos de ellas y comenzamos de nuevo a comprar más? ¿Cómo las personas caen en la trampa de realizar un ahorro programado sin recibir un solo centavo de interés a cambio?.. y así… al buscar respuestas a estas preguntas, descubrí que realmente nuestros comportamientos no siempre son coherentes con la teoría pero que hay razones igualmente validas según la ciencia para explicarlos. Concluí que todos experimentamos los inherentes sesgos de nuestro cerebro que nos hacen caer en la “trampa de la irracionalidad”. A partir de allí realice una autorreflexión sobre mi comportamiento financiero y de cómo ayudar a otros a dominar también sus finanzas personales.
Por eso en mi curso dominando mi dinero y bienestar primero comienzo por ayudar a mis clientes a entender la psicología detrás de sus comportamientos, el cómo estar más conscientes de ellos y sobre todo cómo transfórmalos y mejorarlos. Una vez entendemos esto podemos pasar a analizar cómo podemos generar más ingresos. ¡Si! porque no se trata solo de corregir como gastamos sino a la vez de generar más dinero que nos ayude a lograr nuestros objetivos. Adicional lograr que comprendan como generar estrategias efectivas para salir de deudas, aumentar el ahorro y comenzar a invertir.
Creo firmemente en dedicar nuestro tiempo y esfuerzo a lo que realmente nos hace felices. En esforzarnos por encontrar nuestro FLOW, esa sensación de bienestar que se alcanza al utilizar nuestras mayores fortalezas en un ambiente retador. Y en comprender que si aplicamos métodos para ser más resilentes ante las adversidades lograremos entonces unas finanzas personales saludables y por tanto a dominar nuestro dinero y bienestar.
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